La reaparición de los síntomas de la enfermedad de Parkinson antes de la siguiente toma de Levodopa puede solucionarse con una apropiada consulta médica.
En algunos casos, los síntomas de la Enfermedad de Parkinson pueden reaparecer antes de la siguiente toma de Levodopa, a esta pérdida del efecto antiparkinsoniano de la medicación se la llama deterioro de fin de dosis.
La pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas da lugar a que el efecto de cada una de las tomas del tratamiento sea cada vez menor, lo que acaba provocando las fluctuaciones motoras, que se complejizan a medida que avanza la enfermedad.
Las fluctuaciones más comunes son:
a) Deterioro de fin de dosis (wearing off), situación en que el efecto de la medicación se acorta
b) Retraso del efecto (delayed on)
c) Fallo en el efecto de una dosis individual
d) Fenómeno de super off o deterioro motor muy acentuado66
e) Acinesia nocturna o matutina.
f) Fluctuaciones motoras complejas imprevisibles.
La reaparición de los síntomas puede ser tanto motores (rigidez, lentitud, temblor), como no motores (sudoración excesiva, palpitaciones, falta de aire, ansiedad, depresión, dificultad para pasar el alimento, fatiga, dolor, sensación de inquietud en las piernas, mareo, urgencia urinaria), debido a la disminución del efecto de la levodopa cerca del final del intervalo de dosis, que usualmente es menor a 4 horas.
Las estrategias para el manejo de esta complicación incluyen:
– Evaluar la dieta, recordar que el alto contenido proteíco en la dieta (carne, huevo, lácteos) puede bloquear el efecto de la levodopa, lo cual podría contribuir a una menor acción de la misma, por lo que es aconsejado que la medicación debe consumirse con el estómago vacío, por lo menos una hora antes o una hora después del consumo de alimentos.
– En casos seleccionados en que el paciente se encuentra con una dosis baja de levodopa y no tiene efectos adversos a la misma, puede realizarse un incremento de la dosis de la misma.
-En pacientes con enfermedad avanzada, lo más efectivo es reducir los intervalos entre las dosis. Además algunas veces se requerirá la adición de una dosis extra de levodopa al final del día, especialmente si el paciente planea salir fuera de casa.
– La adición de un agonista dopaminérgico (pramipexol, ropinirol, rotigotina) es otra de las opciones plausibles, siempre con consideración de los efectos adversos (alucinaciones, confusión, somnolencia, hipotensión, desorden del control de los impulsos, incremento de las discinesias) y la decisión individual de acuerdo a las características del paciente.
– La administración de apomorfina subcutánea es una indicación en caso episodios severos y repentinos, este manejo debe ser estrictamente vigilado por su médico neurólogo especialista en trastornos del movimiento, dado los efectos adversos que este fármaco puede ocasionar.
– La adición de entacapone (un fármaco con un mecanismo de acción que permite prolongar la acción de levodopa, y que en combinación con la misma se denomina Stalevo) es muy útil, siempre con supervisión de su médico, dado que puede aumentar las discinesias y ocasionar efectos adversos varios.
– Otros fármacos útiles en adición a levodopa, son los inhibidores de la MAO-B (rasagilina, selegilina) que prolongan la vida media de la dopamina cerebral.
– Infusión continua de gel de levodopa a través de un tubo gastroyeyunal es utilizado en pacientes con enfermedad avanzada y sin respuesta a otras opciones, es un método invasivo, que puede generar complicaciones importantes si el manejo no es adecuado (infección de la piel, peritonitis, reflujo gástrico, aspiración).
– En pacientes en los cuales ninguna de las opciones previas ha resultado, después de un tiempo prudente de prueba, existe la opción quirúrgica, que consiste en la colocación de un electrodo cerebral dirigido a un blanco específico y que ha demostrado mejorar el tiempo ON del paciente. De cualquier manera, no todos los pacientes son candidatos a este procedimiento, por lo que siempre será una decisión y propuesta que realizará su neurólogo de cabecera, de acuerdo a las características clínicas que haya observado en usted.
El umbral a la respuesta antiparkinsoniana y la generación de discinesias y otros efectos adversos secundario a los fármacos comentados previamente es totalmente variable de individuo a individuo, por lo que siempre será aconsejable que las modificaciones sean realizadas por el médico neurólogo que lleva su seguimiento y conoce su enfermedad y sabe de una manera más cercana la respuesta que usted ha tenido hasta el momento, con esto se tiene una mayor seguridad y probabilidad de que las intervenciones en su tratamiento serán las adecuadas.
Preferentemente usted no debe realizar cambios “por su cuenta”, y de hacerlo, debe informarlo de manera inmediata a su médico, esto permitirá prevenir complicaciones que pudieran generarse.
El acudir a sus citas de manera regular, generar confianza y empatía con su neurólogo, seguir las instrucciones del mismo, tanto relacionadas al tratamiento médico como a la actividad física que siempre se aconseja, será indispensable para mejorar su calidad de vida y le permitirá tener una evolución más favorable de su enfermedad.
¡No olvide que la vida está llena de retos a superar y que la actitud ante los mismos es nuestra principal arma de defensa!
Dra. Carolina C. Ramírez Gómez
Neuróloga
Programa de Parkinson
Hospital de Clínicas