La presencia de dolor en pacientes con enfermedad de Parkinson (EP) ocurre con frecuencia, si bien, no siempre los pacientes hacen referencia a este síntoma en la consulta neurológica.
Existen diferentes tipos de dolor asociados a la EP los cuales se agrupan en las siguientes categorías: musculo-esquelético, distónico, neuropático, central y akatisia.
El dolor musculo-esquelético es el más frecuente, y en ocasiones, puede ser la forma de presentación de la enfermedad siendo muy característico el cuadro de “hombro congelado” dado por dolor y limitación en la movilidad de un hombro. En algunos pacientes, este cuadro puede anteceder en meses a la aparición de los síntomas parkinsonianos.
El dolor de tipo distónico es de los más intensos y aparece acompañando a posturas anormales llamadas distonías que pueden presentarse en los miembros. Este dolor suele estar relacionado con los niveles de dopamina en el cerebro y ocurre en relación a las tomas de levodopa. Puede presentarse como “distonía matinal”, distonía en Off, distonía de pico de dosis y también como distonía bifásica.
El dolor radicular o neuropático típicamente se localiza en el territorio de un nervio periférico o una raíz nerviosa, por lo que siempre debe descartarse una causa ajena a la enfermedad de Parkinson. Al igual que el dolor distónico suele asociarse con las fluctuaciones motoras y es más común el período Off, cuando se pierde el beneficio de la levodopa.
El dolor central es por el contrario difícil de localizar, se presenta como sensación de quemazón o pinchazos que no se corresponden con territorios de nervios o raíces.
Por último la akatisia, si bien no sería en sentido estricto un dolor, se lo describe como una sensación molesta de inquietud o discomfort asociada a la necesidad de moverse para aliviar el malestar. Es similar al tipo de molestia que ocurre en el síndrome de piernas inquietas, solo que en este último los síntomas no son generalizados sino confinados a las piernas.
Según las características del dolor y las circunstancias en que éste ocurra, existen diferentes estrategias terapéuticas para su manejo. De allí la importancia de comentar este tipo de síntomas en la consulta con su neurólogo.
Dra. María Graciela Cersósimo
MN. 70.918
Neuróloga Especialista en Mov. Anormales
Jefa del Programa de Parkinson