El agua es un nutriente crucial para nuestra vida ya que es el principal componente del organismo (entre un 60 y 70%). A pesar de que una buena hidratación es fundamental en todas las etapas de la vida, a medida que envejecemos la sensación de sed disminuye, no se siente la necesidad de tomar líquidos, y se pueden pasar así varias horas sin ingerirlos. Por tanto se debe prestar especial atención al consumo.
¿Qué cantidad de líquidos se debe consumir?
El agua se encuentra en el centro de la gráfica de alimentación saludable que se utiliza en Argentina. Lo recomendable es el consumo diario de 2 litros (8 vasos) de agua segura. Estos requerimientos se incrementan cuando las temperaturas son altas y durante la actividad física, momentos en los que aumenta la sudoración. Por último, debe limitarse el consumo de jugos, aguas saborizadas y gaseosas ya que las mismas, si bien hidratan, incorporan aditivos que son, generalmente, azúcares.
Cuando cuesta mucho tomar agua ¿qué se puede hacer?
Una estrategia práctica es consumir 1 vaso antes de cada una de las comidas principales (desayuno, almuerzo, merienda y cena) y beber 2 vasos antes, durante y/o después de la actividad física. También poner en la mesa o en un lugar visible una jarra con agua segura y utilizar botellas para transportar en la mochila o en la cartera, y así evitar el consumo de otras bebidas.
Si la razón por la que no se elige el agua como bebida es la falta de sabor, se le puede agregar rodajas de frutas como limón, naranja, mandarina, pomelo y/o hojas de menta, jengibre, u otras hierbas lavadas previamente (sin el agregado de azúcar).
¿Cuáles son las consecuencias de una ingesta insuficiente de líquidos?
La deshidratación es la principal. Se puede producir por una ingesta insuficiente de líquidos, por una pérdida excesiva de los mismos (sudor, orina, vómitos, dirrea) o por una combinación de ambos. En verano a causa de las altas temperaturas, la pérdida de líquidos es aún mayor y, sobre todo, en personas mayores que no sienten sed y presentan mayor riesgo de deshidratación.
En algunos pacientes con Enfermedad de Parkinson, como la constipación es uno de sus síntomas no motores, la ingesta insuficiente de líquidos puede empeorar el cuadro, ya que las partículas de fibra permanecen deshidratadas y se endurecen.
¿Cómo advierte una persona que está deshidratada?
La sed es un síntoma tardío de deshidratación, por ende no hay que esperar a tener sed para ingerir líquidos. Cuando no se padecen enfermedades renales, el color de la orina es un recurso sencillo y eficaz para saber si la cantidad de agua ingerida es suficiente. Si la orina es clara, indica que la hidratación es suficiente; sin embargo, si es oscura, es una señal de que es necesario un mayor consumo.
¿Qué se debe hacer cuando se tienen problemas con la ingesta de líquidos?
Lo primero es consultar al médico. Probablemente necesite hacer un test de deglución para conocer su capacidad de tragar sólidos y líquidos. En caso de que se diagnostique efectivamente una dificultad solo para tragar líquidos, necesitará un espesante para hacerlos más consistentes. La viscosidad buscada dependerá de las características de la disfagia. En los casos más severos pueden necesitar hasta una consistencia de gel y en otros más leves, consistencia de néctar.
De cualquier manera, hay que buscar la forma de lograr una buena hidratación que,siempre, será en base al consumo diario de 8 vasos de agua potable.
Lic. María del Rosario Berrone
MN 8896