Las personas con Parkinson pueden notar ciertas dificultades a la hora de comer, como sensación de que los alimentos o las bebidas se atascan en la garganta, un exceso de saliva que desborda los labios, lentitud para masticar y/o tragar, carraspeo y tos, entre los más destacados. Todos estos cambios tienden a producirse a medida que la enfermedad avanza.
La Lic. Roxana Clerici refiere que, en general, las personas con Parkinson no asocian estos problemas con la enfermedad. Más aún, “un estudio sobre disfagia (problemas para tragar) y Parkinson muestra la baja consciencia de padecerla que tienen los Parkinsonianos y advierte sobre la importancia de informar al paciente sobre ello e incluirla en las evaluaciones clínicas”, comenta.
Ante la dificultad de tragar, por vergüenza, muchos tienden a aislarse y a no compartir la mesa con sus seres queridos, o bien evitan participar de eventos sociales en los cuales haya que comer y en algunos casos extremos rechazan ciertos alimentos.
Las consecuencias de los trastornos deglutorios son “la deshidratación y desnutrición por un deficiente aporte de nutrientes y líquidos, como así también por la falta de seguridad al tragar o masticar, aspiraciones y neumonías”, sostiene la fonoaudióloga.
En el caso de los pacientes con EP, algunos síntomas como temblor, rigidez y lentitud, afectan la coordinación y la sincronización del movimiento. Y la deglución no es ajena a ello por ser “una actividad que transporta sustancias sólidas, líquidas y saliva desde la boca hacia el estómago. Este mecanismo se logra gracias a fuerzas, movimientos y presiones dentro del complejo orofaringolaríngeo que, cuando se ven afectadas, pierde eficacia. Es en ese momento cuando se presenta la disfagia”, declara la Lic. Clérici.
Los fonoaudiólogos especializados en deglución están entrenados en la intervención y solución de la disfagia a partir de un conjunto de técnicas y sugerencias que mejoran sensiblemente la capacidad para comer, masticar y tragar. “La eficacia y seguridad se favorece con el uso de estrategias simples que incluyen también el control postural. Además, es importante guiar a los pacientes a identificar las mejores texturas, consistencias y cantidad de alimento que debería deglutir según variables individuales” afirma, la Licenciada quien, a su vez, aclara que “la introducción de sabores ácidos y alimentos fríos ayudan a mejorar el proceso de deglución de los pacientes con EP”.
Como resultado de los encuentros que se vienen realizando desde principios de este año y de la experiencia acumulada por la implementación del taller desde mayo 2015, las Lic. Roxana Clerici y Silvia Suárez se proponen continuar con el objetivo de “prevenir y atenuar eventuales trastornos que puedan aparecer, a través de una serie de indicaciones que mejoren la función deglutoria. Asimismo -agregan- reforzaremos la información sobre posturas durante la alimentación, pautas alimentarias, tipo de dieta y consistencias que favorecen la dinámica deglutoria. A través del Taller, esperamos que disminuyan las dificultades en el momento de alimentación y también, para hacer placentero ese momento de integración e intercambio familiar y social”.