El diagnóstico de la Enfermedad de Parkinson (EP) es un desafío constante para el medico neurólogo, sobre todo en las fases tempranas; ya que puede resultar indistinguible de otros trastornos neurodegenerativos, así como de otros parkinsonismos de otra causa (como vasculares, farmacológicos, tumorales).
Es por esto que en algunos y determinados casos el profesional recurre a estudios complementarios, tales como las imágenes, test genéticos y neurofisiológicos.
En los últimos tiempos los investigadores, han puesto las esperanzas en los biomarcadores con el fin de permitir no solo el diagnóstico certero sino precoz de la enfermedad. Un biomarcador o marcador biológico es una sustancia que se utiliza para medir la interacción entre un sistema biológico (el paciente) y un agente de tipo químico, físico, biológico. Son test de detección, diagnóstico y evaluación de tratamiento. Pero hasta el día de hoy, no se cuenta con uno que una permita con exactitud el diagnóstico.
Es por esto que el médico especialista se basa fundamentalmente en un detallado interrogatorio y en un exhaustivo examen físico; herramientas más importantes con las que cuenta hasta la fecha para el arribo diagnóstico.
Ante la sospecha del médico y/o paciente, deben ser derivados a un centro especializado en enfermedad de Parkinson y otros movimientos. En donde los médicos expertos, generalmente pueden detectar si una persona tiene EP. Cuando los médicos crean realizan pruebas complementarias para asegurarse de que los síntomas no se correspondan a otra enfermedad.
No siempre el cuadro clínico es lo suficientemente claro para establecer el diagnóstico.
Su retraso hace que en muchos casos las terapias sintomáticas y neuroprotectoras, si se inician cuando con la enfermedad se encuentra muy avanzada, resulten menos eficaces. Igualmente, la enfermedad es diferente en cada paciente y también es distinta la manera en que es abordada.
Dra. Cynthia García Fernández.
Neuróloga – Programa de Parkinson
Hospital de Clínicas – UBA.