Los tratamientos con células madre en la enfermedad de Parkinson son actualmente controversiales, aunque se espera que en el futuro sea una herramienta de utilidad.
Las células madres son capaces de hacer copias de sí mismas y diferenciarse de otras células, dando lugar, por ejemplo, a un órgano o a un tejido.
Hay de distintos tipos, algunas son totipotentes, es decir que son capaces de transformarse en distintas clases de célula. Otras que están presentes en determinados órganos o tejidos, son capaces de convertirse en cualquiera de las células que ahí se encuentre.
“En los años ochenta se realizaron los primeros implantes de células madres en pacientes con Parkinson. La idea, fue introducir células dentro del sistema nervioso central que puedan producir dopamina. De esta manera se evitaban todos los inconvenientes de absorción, arribo errático, pulsátil y no continuo de los fármacos en el cerebro” afirma la Dra. Gabriela Raina, neuróloga del Programa de Parkinson, quien a su vez nos explica, “para que los medicamentos lleguen al sistema nervioso central se tienen que absorber en el intestino delgado y sortear varios obstáculos, como la barrera hematoencefálica (barrera de protección que restringen el paso a sustancias o células entre la circulación sanguínea y el cerebro). La concepción teórica fue y es muy buena”.
Asimismo, en relación a investigación la Dra. Raina destaca que “algunos pacientes presentaron una mejoría en su cuadro motor a pesar que la enfermedad siguió su curso. También se objetivó, a partir de las autopsias realizadas a los pacientes fallecidos, que algunas células madre habían sobrevivido, aún habiendo pasado décadas luego de su implante.
Otro dato revelador fue que los injertos recibidos exhibían la proteína anormal que se encuentra en las células afectadas por la enfermedad de Parkinson. Esto llevó a pensar que las células transplantadas se podían contagiar la enfermedad de las otras células circundantes muchos años después de haberse realizado el transplante. Cabe aclarar que la enfermedad de Parkinson no es una enfermedad contagiosa, como si se tratara de un virus o bacteria. Por esta razón estos hallazgos fueron sorprendentes y llevaron al planteo de hipótesis que deberán ser corroboradas en el tiempo”.
Pero también hay varios puntos problemáticos con respecto al tratamiento que la Dra. Raina distingue a continuación:
• Problemas de rechazo: Los pacientes transplantados pueden sufrirlo porque no se han obtenido las células de su propio cuerpo. El sistema inmune puede generar una respuesta contra ellas y destruirlas.
• Desarrollo de células tumorales: Algunas células madre reprogramadas con genes pueden mutar, esto ocurre cada vez con menos frecuencia debido a los avances que se han desarrollan en la materia.
• La memoria genética de sus portadores originales: Si un donante tiene una alteración genética determinada por la que puede generar una enfermedad neurológica, ese injerto puede desarrollarla en el cerebro del paciente transplantado.
• Desarrollo de discinesias: Son inducidas por el implante en algunos pacientes.
• El tratamiento es solo experimental: El abordaje terapéutico hasta el momento es sólo en el marco de ensayos clínicos, es decir, estudios de investigación por los cuales los pacientes no tienen que pagar. Se realiza mediante una neurocirugía en la cual se implantan las neuronas en los ganglios de la base del cerebro.
Es importante tener presente que los tratamientos con células madres por vía endovenosa, intramuscular o subcutánea, son un engaño.
Actualmente hay distintos equipos de investigación que siguen trabajando para obtener una célula que no produzca daños, no generen rechazos y que pueda producir dopamina.
Por ahora esta terapéutica es experimental y los investigadores se han encontrado con varias dificultades que están tratando de sortear.
Dra. Gabriela Raina
MN: 95885