En esta breve entrevista el Dr. Cristian Calandra, M.P 114.575 – M.N 121.564 , Neurólogo del Programa de Parkinson nos explica los trastornos del sueño que pueden sufrir las personas con Parkinson, su tratamiento y las medidas reparadoras que pueden adoptar los pacientes para mejorarlo.
¿Qué trastornos del sueño pueden estar presentes en la enfermedad de Parkinson y cuáles son sus consecuencias?
Los trastornos del sueño en la EP son muy frecuentes, y todos ellos pueden alterar de manera significativa la calidad de vida de los pacientes. El insomnio se produce por alteraciones en la iniciación y/o mantenimiento del sueño nocturno, generando trastornos durante el día, como por ejemplo, excesiva somnolencia diurna (ESD). Las personas con EP presentan frecuentemente insomnio por alteraciones en el mantenimiento del sueño. El sueño se puede fragmentar por los trastornos motores (temblor, rigidez, dificultad acomodar el cuerpo en la cama, etc.), y no motores de la enfermedad (depresión, ansiedad, dolor, deseo de orinar durante la noche, etc.). También se observan trastornos específicos del sueño, como por ejemplo, el trastorno del comportamiento durante la fase REM del sueño (siglas en inglés, RBD), el síndrome de piernas inquietas (SPI), y trastornos respiratorios. El RBD consiste en la presencia de sueños vívidos durante los cuales el paciente habla, grita, y/o se mueve violentamente en relación a la temática de los sueños. Esto puede generar daños físicos en la pareja (puede recibir una patada, por ejemplo) y/o en el propio paciente (por ej., caída de la cama). Es común que el RBD comience años antes del inicio del parkinsonismo (lentitud de movimientos, rigidez muscular, temblor).
El SPI consiste en la sensación de inquietud focalizada fundamentalmente en las extremidades inferiores, predominantemente a la tarde-noche, que alivia al moverse. Esto retarda considerablemente la conciliación del sueño.
El trastorno respiratorio del sueño más frecuente en la EP es la apnea obstructiva. Esta se manifiesta durante la noche con ronquidos y pequeños despertares, y durante el día con cefalea matinal, ESD, trastornos de la atención, de la memoria, entre otros.
¿Cómo se diagnostican y tratan los trastornos del sueño en la EP?
Es importante remarcar que muchas veces los trastornos del sueño están presentes pero no son reconocidos (subdiagnóstico) o se confunden entre sí o con algún otro cuadro (diagnóstico erróneo). Un adecuado interrogatorio durante la consulta médica constituye un aspecto elemental para arribar a un diagnóstico preciso. En algunas ocasiones, el médico puede recurrir al uso de escalas, diarios de sueño, y/o estudios complementarios (polisomnografía, test de latencias del sueño, etc.) para ratificar la sospecha clínica.
En el RBD las medidas preventivas de lesiones traumáticas, tanto de la pareja como del paciente son muy importantes (uso de barandas para evitar caídas, dormir en diferentes camas, etc). Los fármacos más frecuentemente utilizados son la melatonina y el clonazepam.
El SPI se suele tratar con agonistas dopaminérgicos (pramipexol, ropinirol). Es importante descartar la presencia de déficit de hierro, y de medicamentos que pueden exacerbar el cuadro, como por ejemplo, los antidepresivos y antihistamínicos.
La apnea obstructiva del sueño se diagnostica con una polisomnografía, y se trata con una máscara nasal (CPAP) que mantiene la garganta (faringe) abierta y asegura la correcta ventilación durante la noche.
¿Qué elementos me pueden indicar que posiblemente tenga un trastorno del sueño y sea oportuno hablarlo con mi neurólogo?
Las siguientes manifestaciones pueden ser indicios de la presencia de un trastorno del sueño en la EP: ESD, trastornos de memoria, trastornos anímicos, dolor de cabeza a la mañana, fatiga, ronquidos nocturnos, orinar frecuentemente durante la noche, sueños vívidos, movimientos y vocalizaciones durante el sueño, caídas de la cama, sensación de inquietud en los piernas en horario vespertino, necesidad de mover las piernas y/o caminar para aliviar una sensación de inquietud en las extremidades inferiores, dificultad para dormirse en la hora deseada, despertarse antes de la hora habitual, despertarse varias veces durante la noche.
¿Qué medidas generales pueden los pacientes adoptar para favorecer un sueño reparador?
Las siguientes medidas pueden ser de suma utilidad para mejorar la calidad del sueño:
-No mirar pantallas luminosas (TV, celulares, etc.) en la cama a la hora de dormir.
-Ingerir la mínima cantidad necesaria de agua antes de acostarse a la noche.
-Evitar la ingesta de bebidas estimulantes (café, mate, té) a la noche.
-No realizar actividad física a la noche.
-Tener horarios para dormir a la noche.
-Tener una habitación con un entorno silencioso, oscuro y confortable.
-Evitar la ingesta de amantadina, y selegilina a la noche.
-Evitar siestas mayores a 30 minutos.