El Parkinson es una afección que no solo involucra los síntomas motores, también hay otros inespecíficos a los cuales es necesario prestarle atención para no descuidar la calidad de vida.
Convivir con la enfermedad de Parkinson requiere que el paciente no se aparte de la guía de los especialistas, del acceso al diagnóstico adecuado, del seguimiento y control médico regular. Las ciencias médicas generan permanentemente nuevos conocimientos, al respecto la Dra. Cynthia García Fernández, neuróloga del Programa nos explica ciertos aspectos de la Enfermedad de Parkinson (EP) que no están tan difundidos: “En la actualidad se sabe que es una entidad compleja que no sólo genera trastornos motores, sino también, manifestaciones llamadas NO motoras, tales como alteraciones cognitivas-conductuales (depresión, apatía, ansiedad, alteración de la memoria), autonómicas (síntomas urinarios tales como urgencia o incontinencia, hipotensión ortostatica, disfunción sexual), gastrointestinales (sialorrea, constipación, pérdida de peso), sensoriales (dolor, alteración en olfato), trastornos del sueño (somnolencia diurna, síndromes de piernas inquietas, alteraciones en sueño REM, en donde el paciente actúa el sueño), y otros como fatiga, visión doble, seborrea”.
Asimismo estos síntomas no motores pueden fluctuar como en los periodos ON y OFF motores, “La mayoría fluctúa con el estado motor del paciente. Por ejemplo, si el pacientes se encuentra en OFF (peor momento motor) se encuentra lento para pensar, puede experimentar o empeorar el dolor, puede tener exceso de saliva en la boca, sudoración excesiva, taquicardia (aumento en la frecuencia del pulso), hormigueo en las piernas, cansancio, necesidad imperiosa de moverse todo el tiempo. Estos síntomas han cobrado especial importancia en los últimos tiempos dada su alta prevalencia, más en las etapas avanzadas de la enfermedad, y por el impacto negativo en la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador” sostiene la Dra. García Fernández.
Uno de los problemas de estos síntomas no motores es que son inespecíficos y el neurólogo tiene que discernir si es un síntoma que se debe a la EP u otro factor no relacionado con la enfermedad. “A veces es dificultoso saber si los pacientes padecen estos trastornos secundarios a la Enfermedad de Parkinson, ya que otras entidades al igual que fármacos para las mismas pueden producir síntomas similares a lo no motores; teniendo en cuenta que la mayoría de nuestra población son ancianos y polimedicados. Un ejemplo de esto puede ocurrir con pacientes hipertensos tratados que durante el transcurso de la Enfermedad de Parkinson experimenten hipotensión, otro ejemplo puede ocurrir con pacientes con problemas urinarios secundarios a patología prostática” afirma la neuróloga que a su vez nos aclara “por lo general, los síntomas no motores se hacen más evidentes con la evolución de la enfermedad. Sin embargo, alguno de ellos pueden estar presentes en su inicio o incluso preceder en años la aparición de los síntomas motores (denominados premotores) como es el caso de la constipación, los trastornos del sueño, del ánimo y la alteración en el olfato”.
El tratamiento de estos síntomas se realiza a partir de una evaluación clínica teniendo en cuenta todas las posibilidades terapéuticas, por eso el neurólogo evalúa cuando es conveniente trabajar con otros especialistas.
La Dra. Cynthia García Fernández nos recuerda que: “La Enfermedad de Parkinson es una entidad con enfoque multidisciplinario por lo que es importante que el medico interrogue al paciente en cada consulta sobre estos síntomas y a su vez, que el paciente no tenga duda de manifestar los mismos, ya que es indispensable contar con la opinión de otros especialistas para poder dirigir la terapéutica correcta”.