
Cuando me plantearon el tema de esta nota recordé las miríadas de historias de pacientes que se han automedicado, tanto para bien como para mal.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la automedicación es “un componente del autocuidado, el cual es definido como el propio tratamiento de los signos y síntomas de enfermedad que las personas padecen” y agrega “ha sido la forma más utilizada para el mantenimiento de la salud”.
Asimismo, la OMS estima que más de la mitad de los medicamentos a nivel mundial se prescriben, dispensan o venden de manera inapropiada y que el 50% de los pacientes no toma sus medicamentos correctamente.
Ahora pongámonos en perspectiva, la automedicación responsable con previas instrucciones por parte del médico nos puede ayudar tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud.
Por ejemplo, si una persona padece asma y el médico lo ha instruido sobre cómo tratar el broncoespasmo, ella misma puede aplicarse el tratamiento correspondiente. Pero si los síntomas son muy importantes o persisten deberá realizar una consulta; o si el paciente está presentando un cuadro de alergia cutánea, se tomará un antialérgico, o se aplicará la medicación que le hayan instruido, mientras se dirige a un centro de salud. Es decir que la automedicación puede evitar que el paciente sufra o se agrave su condición hasta que pueda tener una consulta formal con el médico.
Por eso desde el Programa de Parkinson promovemos que los pacientes o sus cuidadores estén familiarizados con su condición médica y sus diversos síntomas. Así, los pueden reconocer mejor y comentárselo a su médico tratante y con ello mejorar las perspectivas del tratamiento.
Pero la automedicación sin una plena compresión de lo que ingiere y sin el consentimiento del médico tratante conlleva sus riesgos. De hecho, el consumo de hierbas en forma de tés, vitaminas, preparados magistrales o sustancias provenientes de la medicina alternativa deben ser informadas al médico tratante. Frecuentemente se asume que los polivitamínicos no son remedios o que no tienen efectos adversos y no es así, hay vitaminas que en exceso pueden causar enfermedades, lo mismo sucede con los minerales.
Ahora, las consecuencias que me puede acarrear el hecho de automedicarme sin supervisión:
- Que se ingiera una medicación o sustancias que no sirva y el malestar se perpetúe (muchas veces no es el medicamento indicado para lo que les sucede o las dosis no son las indicadas)
- Que tenga efectos indeseados (efectos adversos)
- Que se presenten interacciones medicamentosas (hay medicamentos que si se toman solos, no presenta efectos adversos, pero que si toma junto con otros medicamentos o sustancias pueden causar efectos adversos reversibles o irreversibles según el caso)
- Que en lugar de mejorar empeore la afección
Una situación que suele repetirse es que el paciente consulte al Farmacéutico por una medicación, y eso está bien, pero el farmacéutico no puede saber todo lo que le sucede al paciente, ni por qué razón el médico le indicó ese medicamento (aclaro esto porque a veces los médicos indicamos medicamentos con otro objetivo al indicado en el prospecto), por lo cual siempre es importante que los pacientes sepan de antemano con qué deben medicarse.
Por eso es importante aprovechar la consulta clínica para evacuar las dudas que se tengan con respecto al tratamiento, síntomas nuevos que puedan aparecer, los fármacos que consume y pedirle al médico tratante que explique en forma detalla la toma de medicación.
A continuación, algunos consejos que podrían ser provechosos en la consulta en el médico tratante:
- Llevar escrita toda la medicación que recibe (con el nombre del principio activo, la marca comercial, las dosis y los horarios en que los toma). Esto es importantísimo y nos facilita mucho las cosas
- No omitir a su médico si toma vitaminas, preparados magistrales, té de hierbas, medicación homeopática, cannabis, flores de Bach, etc.
- No omitir decirle a su médico si habitualmente se olvida de tomar alguna dosis de medicación
- Informarle al médico si hace alguna dieta especial porque quizás sea el indicio de algún otro problema.
- Si recibe medicación de otras especialidades médicas es conveniente llevar también esas órdenes de las otras especialistas, el organismo que las recibe es uno sólo y pueden presentar efectos adversos o interacciones entre los medicamentos recetados.
Resumiendo, prepárese para ir al médico, anotar lo que tiene que decirle, aquello que desea preguntar y no olvidarse de llevar los estudios que tenga, por más que sean de otras especialidades.
Dra. Gabriela Raina
Neuróloga
MN 95885