En algunas patologías, la actividad física que se realiza en forma regular bajo la supervisión de profesionales, contribuye a mejorar el estado de salud. En el caso de la enfermedad de Parkinson (EP), es un importante factor que ayuda a la movilidad y, por lo tanto, colabora en la autonomía de los pacientes.
El Taller de actividad Física le presta una especial atención a estas necesidades, por lo que hace hincapié al fortalecimiento de los miembros inferiores. “Es fundamental para mantener el equilibrio, mejorar la postura y la capacidad de movimiento. No hay que olvidarse que para caminar, correr, saltar, pararse o sentarse los cuádriceps (en la cara anterior de los muslos) y los gemelos (en la parte posterior de las piernas) son esenciales.” afirma el Dr. Juan Carlos Palombo, médico deportólogo y coordinador del Taller.
¿Qué tipo de ejercicios se realizan y cuál es la frecuencia aconsejada?
Son ejercicios de bajo impacto e intensidad entre los que se intercalan aquellos que son aeróbicos (que involucran grandes grupos musculares) con los anaeróbicos (ejercicios de resistencia o contrafuerza).
Dentro del primer grupo, la marcha en el lugar y el levantar la pierna flexionada hasta tocar el asiento de una silla con el pie son un claro ejemplo. Con respecto al segundo, levantarse y sentarse sucesivas veces de una silla son otra muestra.
Esta rutina permite el acondicionamiento neuromuscular en forma paulatina, lo que flexibiliza la movilidad y brinda seguridad en los desplazamientos, lo que redunda en una mayor estabilidad y el control de las caídas.
La frecuencia aconsejable es diaria y es importante adaptarla al estilo de vida para lograr la continuidad de la práctica, hecho que potencia los resultados positivos de esta actividad.
¿Qué deben tener en cuenta los pacientes cuando ejecutan los ejercicios físicos?
La rutina hogareña debe realizarse con elementos seguros y ante la mirada de otras personas. Asimismo, no se debe ejecutar en ayunas para evitar que pueda bajar la glucemia (azúcar en sangre) o alterar la presión arterial. Luego de la ingesta, se deben esperar 2 horas para evitar que la gimnasia interfiera con la digestión.
Ante la menor molestia muscular, dolor en el pecho, mareo o palpitaciones hay que detener la ejercitación y consultar con el médico.
Una vez terminada la rutina (aproximadamente, de media hora) es conveniente realizar un relax (vuelta a la calma) de unos pocos minutos.
Dr. Juan Carlos Palombo
MN 59.659