En la enfermedad de Parkinson los pacientes experimentan síntomas propios de la enfermedad y también pueden padecer otros como los efectos adversos de la medicación.
A estos últimos los llamamos trastornos dopaminomimeticos, uno de los cuales es el trastorno del control de los impulsos.
En esta breve entrevista, la Lic. Corina Pryor – MN 49628, Psicóloga del Dto. de Salud Mental de nuestro Hospital, nos orienta sobre cómo manejarnos frente a esta situación producida por los agonistas dopaminomético.
¿Cómo es el trastorno del control de los impulsos producidos por los agonistas dopaminérgicos y qué experimentan los pacientes?
El trastorno del control de los impulsos puede ser uno de los efectos adversos producidos por los fármacos que se usan para tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Se denomina trastornos del control de los impulsos porque algunos pacientes pueden presentar impulsos irresistibles a realizar ciertas actividades de manera compulsiva. La dopamina interviene en el cerebro, en el proceso del movimiento, pero también puede tener efectos adversos denominados trastornos dopaminomiméticos.
El trastorno del control de los impulsos es uno de ellos (junto con algunos otros) y puede manifestarse, por ejemplo, como hipersexualidad, compras compulsivas o juego patológico.
¿Cómo vive la familia el trastorno del control de los impulsos?
Genera enojo, angustia, preocupación, inconvenientes y malestar en el entorno familiar de la persona con Parkinson. Por lo tanto, en el caso de no hablarlo con el profesional tratante, puede resultar potencialmente dañino para el vínculo entre el paciente y sus seres queridos. Empeorando así la calidad de vida de la persona con la enfermedad de Parkinson y la de su familia.
¿Se pueden revertir estos cambios de conducta? ¿Cómo interviene el Psicólogo?
Los trastornos dopaminomiméticos se tratan según cada caso en particular ya que no a todas las personas con Parkinson les pasa lo mismo. Estos cambios en la conducta se pueden revertir modificando algo de la medicación parkinsoniana y/o con medicación psiquiátrica específica.
El psicólogo interviene ayudando a los familiares a entender esto como un efecto adverso de la medicación que es solucionable con la ayuda del médico.
¿Qué indicios tiene que tener en cuenta el paciente y la familia? ¿Cómo transmitirlo al médico?
Algunos de los indicadores que podrían ser una alerta de los posibles efectos adversos son: un desmedido aumento del deseo y la actividad sexual, comer en exceso, gastar dinero de forma excesiva, jugar en el casino compulsivamente apostando mucho y/o el abuso de medicamentos para el Parkinson.
Es decir, es importante que la familia esté atenta a cualquiera de estos síntomas, así el neurólogo podrá contribuir a la resolución de manera efectiva, ya que a veces es suficiente con reducir la dosis de alguno de los fármacos.
No hay motivos para sentirse avergonzado de pedir ayuda al equipo tratante ya que es importante entender que estas conductas no representan aspectos de la personalidad del paciente sino que se trata de síntomas asociados con la enfermedad y su tratamiento. Por eso es importante comentarlo a su médico y pedirle ayuda para que este tema pueda ser abordado y que su tratamiento sea exitoso.