Para comenzar debemos aclarar que cefalea y “dolor de cabeza” son sinónimos. Existe una amplísima clasificación internacional de los diferentes tipos de dolor de cabeza. Haciendo una división grosera, decimos que estamos ante una cefalea primaria cuando el dolor es la enfermedad en sí, vale decir, no se encuentra una causa a la luz de los métodos de diagnóstico disponibles actualmente. En cambio la cefalea será secundaria cuando exista una alteración que genere dicho dolor (sinusitis, glaucoma, tumor, hemorragia, infección, etc.).
La clasificación incluye una cefalea secundaria llamada cefalea por abuso de medicación (analgésicos). Se trata de un dolor de frecuencia nada despreciable (se calcula que 1% de la población a nivel mundial la padece), que partiría de una cefalea primaria, por lo general migraña. El abuso de fármacos conduciría a dolor crónico en pacientes predispuestos, por lo tanto sólo ocurriría en pacientes que sufren de cefalea previamente. Se produce entonces un circuito vicioso en el que el paciente aumenta el consumo de analgésicos para aliviar su dolor y este consumo excesivo aumenta la frecuencia del dolor, de forma similar a lo que ocurre en otros cuadros de adicción. La diferencia entre el dolor por abuso y el dolor inicial es muchas veces difícil de establecer, ya que el consumo excesivo de analgésicos “transforma” el dolor inicial. Ocurre además, que en la medida que el consumo aumenta el paciente nota que la medicación pierde eficacia. Todos los medicamentos analgésicos (paracetamol, ibuprofeno, naproxeno, diclofenac, ergotamina, triptanes, etc.) pueden inducir dolor crónico cuando se consumen en forma abusiva. Este trastorno lleva con el tiempo a la incorporación de otros síntomas que agravan la situación del paciente (cuadros depresivos, trastornos del sueño, dolores corporales generalizados). Por otra parte, el dolor crónico conduce a una significativa pérdida de productividad a nivel laboral por aumento del ausentismo.
El tratamiento se basa en lograr que el consumo de analgésicos disminuya a un nivel adecuado para el dolor de base (tratar de no usar analgésicos más de 10 días por mes), para lo cual el especialista utiliza ciertos medicamentos que actúan como moduladores de dolor y ayudan a que éste ceda en forma progresiva.
Es recomendable que el paciente acuda al médico cuando observe que la cantidad de días de dolor por mes y el consumo de analgésicos supera la medida habitual (3-4 episodios de migraña al mes con buena respuesta a los analgésicos son considerados razonables), lo que en definitiva deteriora la calidad de vida y lo pone en riesgo de desarrollar una cefalea por abuso de analgésicos.
Dr. Daniel Gestro
Neurólogo
MN 97150
Sección Cefaleas