Para algunas personas, la Enfermedad de Parkinson (EP) puede manifestarse como un espacio de claros y sombras. Se tiene la certeza que es una afección de la cual se conoce la causa (hay un déficit de un neurotransmisor llamado dopamina) tiene un tratamiento y un modelo experimental con amplia validación que permite conocer cada vez más los mecanismos que generan los síntomas de la EP.
Por otro lado, se desconoce por qué se produce el déficit dopaminérgico, suele ser una enfermedad difícil de diagnosticar (se puede confundir con otras afecciones con síntomas similares) y las nuevas técnicas de diagnóstico tienen un alcance limitado, estos son algunas de los aspectos sin dilucidar más destacados.
En la breve entrevista que realizamos a continuación, el Dr. Gonzalo Castro, neurólogo del Programa de Parkinson, nos aclara algunos de estos aspectos y qué se puede esperar a futuro sobre el tratamiento de la EP.
¿Con un modelo experimental con tanta validación, a esta altura del desarrollo de las Ciencias Médicas, la EP no tendría que tener cura?
La enfermedad de Parkinson no cuenta aún con una cura, SI cuenta con un tratamiento que permite controlar parte de los signos y síntomas de la enfermedad, y por lo tanto mejorar la calidad de vida. La comunidad científica se encuentra trabajando arduamente para encontrar los mejores caminos para su cura. Los progresos son evidentes, sin embargo, y a pesar de contar con modelos animales bien conocidos, los síntomas de la enfermedad de Parkinson aparecen cuando ya han desaparecido el 70-80% de las neuronas encargadas de producir dopamina. Este aspecto obligaría a que la búsqueda de la cura vaya de la mano del desarrollo de estudios dedicados a diagnosticar la enfermedad en sus etapas iniciales, y aclarar los mecanismos subyacentes a la aparición y manifestaciones clínicas de la misma.
¿El tratamiento es solamente un paliativo?
Me atrevería a decir que el tratamiento no es sólo paliativo. Existen estudios que, aunque controversiales, afirman que medicamentos como la Rasagilina permitirían “demorar” el curso de la enfermedad. Asimismo, los tratamientos disponibles en la actualidad permiten mejorar la sintomatología de los pacientes.
Si la EP avanza con el tiempo, ¿no sería conveniente tratarla cuanto antes para mejorar la perspectiva de tratamiento?
Hasta no contar con fármacos que claramente demuestren un beneficio en lo que será el curso futuro de la enfermedad, la tendencia actual es “ahorrar” medicación, priorizando siempre la calidad de vida de la persona con enfermedad de Parkinson. Demasiada medicación en etapas tempranas de la enfermedad no asegura mejores resultados y sí predispone a la aparición de sus efectos adversos. Por lo tanto, si el paciente tiene una buena calidad de vida, menos puede significar más.
A futuro, ¿qué se puede esperar del tratamiento de la EP?
Sin duda, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson contará en un futuro próximo con medicación y nuevas técnicas quirúrgicas que permitan un mayor control de la enfermedad con mínimos riesgos. Estamos con buenas expectativas insistiendo en la atención integral.