El diagnóstico de enfermedad de Parkinson es difícil de precisar en sus inicios cuando los síntomas no motores predominan (disfunción olfatoria, trastornos del sueño, constipación, depresión y ansiedad, entre otros) y en el estadio motor (temblor, rigidez y lentitud) cuando se presentan datos atípicos que pudieran estar causados por otro tipo de enfermedad neurodegenerativa (parkinsonismos).
Por tal motivo, se desarrollan nuevas técnicas de diagnóstico como biomarcadores, en sangre periférica, en líquido cefalorraquídeo u en otro tejido accesible. A estos se le pueden sumar resultados de estudios como neuroimágenes, neurofisiológicos y test genéticos pero su alcance aún es muy limitado. Actualmente el diagnóstico de la Enfermedad de Parkinson es predominantemente clínico.
La Dra. Carolina Ramírez Gómez, neuróloga del Programa nos aclara al respecto “Como resultado, el diagnóstico se basa en los signos y síntomas que se revisan durante la historia clínica y el cauteloso examen físico y neurológico. Por suerte en Argentina, existen médicos expertos en el tema que generalmente pueden detectar si una persona tiene Parkinson por sus síntomas. Cuando es preciso los médicos realizan pruebas para asegurarse de que los síntomas no se deban a otra enfermedad.
A continuación la Dra. Ramírez Gómez nos explica cuáles son las consideraciones que tienen los neurólogos al realizar la consulta clínica para el diagnóstico de la EP.
“Durante la consulta clínica, el médico pregunta cuando comenzaron los síntomas, si de uno o de ambos lados del cuerpo. El paciente o familiar debe mencionar si ha habido cambios recientes en el estado de ánimo, hábitos de sueño, la función intestinal y de la vejiga, la capacidad de recordar o pensar con claridad. Asimismo le preguntará acerca de otras condiciones médicas, medicamentos actuales, recientes lesiones o caídas, y dificultad para caminar o levantarse. Asimismo, el profesional llevará a cabo un examen físico y neurológico para observar los reflejos del paciente, los músculos, el equilibrio al caminar y de pie, y la capacidad de realizar ciertas tareas con las manos.
Los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, en general mejoran significativamente con medicamentos específicos. Sí el diagnóstico de la EP es incierto y los síntomas son molestos, se puede recomendar una prueba de Levodopa, sí los síntomas de la persona mejoran, el diagnóstico de enfermedad de Parkinson es probable. Por el contrario, las personas con Parkinsonismo causado por otras enfermedades, (como la parálisis supranuclear progresiva, atrofia sistémica múltiple, degeneración corticobasal, o demencia con cuerpos de Lewy) normalmente no mejoran con estos medicamentos”.
¿Cuál es el alcance y la utilidad de los biomarcadores en la enfermedad de Parkinson?
Las pruebas neurodiagnósticas son poco útiles en la evaluación de un paciente con sospecha de enfermedad de Parkinson, una revisión sistemática de la Academia Americana de Neurología no considera beneficioso el uso de pruebas auxiliares, dado que el diagnóstico EP continua siendo predominantemente clínico, con alta sensibilidad en cualquier estadio de la enfermedad y especificidad elevada en estadio avanzado y de un 67% en estadio temprano.
La Resonancia Magnética cerebral se utiliza para descartar anomalías estructurales (hidrocefalia, tumor, infarto) y es útil en aquellos pacientes con parkinsonismo atípico.
Técnicas de Resonancia Magnética más avanzadas (volumetría, espectroscopía, tensor de difusión, transferencia magnética) actualmente se utilizan en estudios de investigación para diferenciar síndromes parkinsónicos, pero su utilidad diagnóstica amerita de más estudios.
El DATScan requiere ser manejado por un equipo entrenado para evitar resultados falsos positivos. Se realiza mediante la inyección de un tinte de radiomarcado que se une a las neuronas de dopamina en el cerebro. Si bien ha sido promocionado como una manera de diagnosticar la enfermedad de Parkinson, la DaTscan no puede distinguir la enfermedad de Parkinson de otras enfermedades que tienen síntomas similares a la enfermedad de Parkinson, sin embargo, no es superior al diagnóstico clínico obtenido después de una revisión minuciosa por un experto para diferenciar enfermedad de Parkinson de otros parkinsonismos. Se recomienda utilizar en pacientes con diagnóstico clínico dudoso después de varias revisiones, por ejemplo en pacientes con temblor esencial de larga evolución en los que existe un cambio en el patrón del temblor pero que no responden a levodopa o en el reclutamiento de pacientes para algún ensayo clínico.
El PET o Tomografía por Emisión Positrones utiliza varios radiotrazadores, por ejemplo cuando se utiliza 18-fluorodopa, se muestra disminución de su captura en estructuras cerebrales (el caudado y putamen) en pacientes en estadio temprano comparado con controles sanos. Al utilizar otro marcador (fluorodeoxiglucosa) los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen un incremento en el metabolismo de ciertos componentes (del pálido, putamen posterior y puente con relativa disminución de regiones frontales y parieto-occipitales). Lo anterior determina que es un estudio de mayor agudeza diagnóstica para diferenciar enfermedad de Parkinson de otros Parkinsonismos, comparado con DATscan, su limitante es la poca disponibilidad, por lo que su utilidad se reserva a estudios de investigación.
La Ecografía Transcraneal en estudios prospectivos en pacientes con Parkinsonismo temprano la hiperecogenicidad de la sustancia nigra es predictiva de diagnóstico de Enfermedad de Parkinson, 90% de los pacientes con diagnóstico clínico tendrán esta alteración comparada con 10% de aquellos con otro parkinsonismo o asintomáticos, por lo que puede ser útil para diferenciar enfermedad de Parkinson de otros parkinsonismos. En pacientes mayores de 50 años con hiperecogenicidad de la sustancia nigra parece ser un marcador de riesgo para el desarrollo de enfermedad de Parkinson.
Las Pruebas Olfatorias son una herramienta promisoria para el diagnóstico temprano de enfermedad de Parkinson, ya que si bien la disfunción olfatoria es un dato premotor en ésta, es un dato ausente en otros Parkinsonismos (degeneración corticobasal, Parálisis supranuclear progresiva, Parkinsonismo vascular).
Concluyendo, a pesar de los avances tecnológicos que permiten un apoyo para el médico en la diferenciación de otras causas de Parkinsonismo, en el momento actual, una historia clínica completa y el examen neurológico realizado por un médico con experiencia siguen siendo la mejor manera de diagnosticar la EP.