El “freezing”, bloqueo o congelamiento de la marcha (CDM), es un fenómeno caracterizado por la ausencia o la marcada reducción en la progresión hacia adelante de los pies a pesar de la intención de caminarque padecen algunos pacientes con Enfermedad de Parkinson (EP). Es decir, sienten como si sus pies estuvieran “pegados” al suelo.
Normalmente se trata de episodios breves, repentinos e intermitentes que duran habitualmente 30 segundos, pero en algunas ocasiones puede ser más prolongado.
Es un síntoma motor discapacitante que conduce a unas serias dificultades en la movilidad y el equilibro, ocasionando caídas, lo que reduce la independencia y la movilidad de los pacientes.
No se sabe exactamente qué mecanismos fisiopatológicos generan el CDM en la EP, pero se considera que influyen el déficit de dopamina y también otros neurotransmisores.
Los episodios de CDM pueden desencadenarse por diferentes factores, como el intentar iniciar o continuar la marcha, cambiar la velocidad o la dirección de la misma, caminar en espacios estrechos, la ansiedad y los períodos de OFF o apagado en aquellos pacientes en los que se está yendo el efecto de la levodopa.
En más de un 60% de los casos observamos este fenómeno tras años de enfermedad y tratamiento, presentando complicaciones tales como fluctuaciones motoras (FM) y discinesias. De hecho, los episodios de CDM al inicio de la enfermedad cuestionan el diagnóstico de EP.
Si bien en la actualidad no existe un consenso sobre el tratamiento de la CDM, se cuenta con diferentes estrategias para evitarlos o mejorarlos. Estas van desde la optimización farmacológica, la rehabilitación motora, estrategias sensoriales y hasta la cirugía de estimulación profunda. Se debe tener en cuenta que no son excluyentes pudiéndose emplear en forma conjunta.
Con respecto a la terapia farmacológica, dado a que el CDM puede surgir durante los periodos OFF, generalmente responde al acortar los intervalos o al aumentar la dosis de levodopa para evitar episodios de “inactividad”.
Cuando se produce en el estado “ON o encendido” el manejo suele ser más dificultoso, sin embargo, si ocurre en el pico del efecto de la levodopase puede reducir la dosis del agonista de la dopamina (si es que estuviera en tratamiento con esta medicación) seguido de una reducción de dosis de lalevodopa.
La desventaja de esta estrategia es que se genere una respuesta no deseada en otros síntomas motores por la acción del fármaco.
Afortunadamente, el CDM en el período ON es poco común, representando sólo el 5% de los casos y por lo general tiene una duración más corta que el periodo Off. En estos casos los medicamentos IMAO-B selectivos como la rasagilina o selegilina pueden tener alguna efectividad.
Otra forma poco común de Freezing de la marcha es por la estimulación del núcleo subtalámico, cirugía muy común para mejorar los síntomas parkinsonianos, pero son casos muy poco significativos del total de las intervenciones.
Las opciones de las estrategias sensoriales pueden ser visuales o sonoros. Las primeras se caracterizan en proyectar o poner sobre el suelo señales que guían la marcha como líneas paralelas con cinta adhesiva sobre el suelo o líneas luminosas perpendiculares a la misma. También se pueden proyectar desde un bastón o un andador equipado para ese propósito. En cuanto a los estímulos sonoros, aportan un ritmo a seguir mientras se camina. En algunos casos puede ayudar algo tan sencillo como ir “autoimponiéndose” el ritmo derecha, izquierda o levantar las rodillas como el paso militar.
Otro factor a tener en cuenta es adecuar el hogar a las nuevas condiciones del paciente como retirar obstáculos tales como alfombras o muebles, colocar barandas, aumentar la iluminación, evitar o señalar los desniveles.
Dado a que el CDM puede agravarse o generarse bajo estados de ansiedad y/o estrés, es importante contar con apoyo o tratamiento psicológico, según el caso lo requiera. De no hacerlo podría aumentar el temor a la aparición del congelamiento y de las caídas limitando aun más la calidad de vida del paciente.
La consulta con el fisiatra o el kinesiólogo contribuye en la creación de estrategias de rehabilitación motora que involucran la coordinación, la destreza, el inicio de la marcha, los cambios rápidos en la dirección y sentido, entre otras. Estas acciones son imprescindibles en pos de la autonomía del paciente.
En cuanto a la estimulación cerebral profunda del núcleo pedúnculopontino, aunque no hay mucha experiencia al respecto, puede llegar a ser una estrategia terapéutica en los casos con mala respuesta farmacológica.
Existe otra posibilidad terapéutica quirúrgica, también experimental, de estimulación de los cordones medulares posteriores, que quizás sea de utilidad.
Dra. Cynthia García Fernández
Neuróloga
MN: 115748