El distanciamiento social y la cuarentena dificultan el contacto social con los demás, para algunos, las redes sociales y los dispositivos móviles ayudan a mantener ese vínculo, para otros puede ser un obstáculo extra, sobre todo en aquellas personas con Parkinson que tienen hipomimia (expresión facial disminuida).
A la definición de la imagen en la pantalla, el encuadre y el ámbito donde se realiza hay que sumarle la poca expresión de un rostro inmóvil con rasgos rígidos, de hablar lento y monocorde que puede llevar a pensar a los otros que es un ser distante y con falta de empatía.
“Esa disminución en la expresión facial, es uno de los marcadores clínicos de los pacientes con enfermedad de Parkinson. Se estima que un 70% lo presenta y es más evidente en los aquellos con una marcada sintomatología clínica. Asimismo, exteriorizan una reducción de los movimientos faciales espontáneos y voluntarios, como así también, de la expresión facial emocional.
Esta última, tiene un fuerte impacto de la calidad de vida, ya que los pacientes pueden presentar problemas en la interacción social, ser mal interpretados por otros y significar un déficit en la capacidad de expresar las emociones” afirma el Dr. Ricardo Maiola, neurólogo del Programa de Parkinson del Hospital.
¿Existe algún criterio clínico que permita determinar cuán afectado está el paciente?
El más usado es la escala de UPDRS-III (Unified Parkinson Disease Rating Scale) Motor en su subítem 19, que toma en cuenta el aspecto motor de la hipomimia, pero no presta atención al aspecto emocional de la expresión facial.
Existe un correlato entre la hipomimia y la severidad de los otros signos motores de la enfermedad, como son la fluidez del movimiento, la velocidad del habla, el parpadeo y la expresividad gestual y vocal.
La hipomimia se asocia a lo síntomas axiales y orofaciales como son el habla, la deglución y la sialorrea. Asimismo, se la relaciona a la apatía en aquellos pacientes que la presentan.
¿El tratamiento es solo farmacológico o también requiere de rehabilitación?
El tratamiento farmacológico con levodopa mejora la sintomatología facial y el kinesiológico, centrado en la rehabilitación orofacial, lo maximiza. Sobre todo si se sostiene en el tiempo, focalizándolo en las expresiones faciales neutral y emocional (reacciones de felicidad, miedo, tristeza, enojo, temor o sorpresa).
Para tener presente: La mejoría de la expresión facial lleva a una mejoría de la calidad de vida de las personas con Parkinson.
Explorar la hipomimia puede servir como predictor del curso clínico de la enfermedad y correlacionarla con la expresión facial es una vía de acceso a las emociones que estos pacientes tienen.
Dr. Ricardo Maiola
MN 60548