Los fármacos cumplen un rol muy importante en el control de los síntomas de la Enfermedad de Parkinson, pero depositar expectativas desmedidas en la medicación sin tener en cuenta que es una herramienta utilizada por el neurólogo para el tratamiento, es un error. Los medicamentos, son muy efectivos cuando hay un diagnóstico certero y si el paciente, junto al médico, trabajan para encontrar un equilibrio entre los beneficios y los efectos no deseados mismos.
El Dr. Nicolás Morera, neurólogo del Programa, al ser consultado sobre cuáles son las principales complicaciones que pueden producirse en las distintas familias de fármacos sostiene que: “Los efectos adversos de los agonistas dopamonergicos son los edemas en los miembros inferiores, el trastorno de control de los impulsos como la ludopatia (compulsión al juego) compulsión al comer, a la compra y al sexo. Las alucinaciones, pueden aparecer al usarlos sobre todo en los pacientes de edad avanzada, otros son la hipotensión y taquicardia.
La levodopa, que es la droga más eficaz que tenemos, aunque no la utilizamos de inicio, también puede dar alucinaciones. Habitualmente en los primeros 5 años de la enfermedad (etapa luna de miel) no se suele observar efectos adversos. Luego de los primeros 5 años pueden aparecer fluctuaciones motoras como diskinesias, deterioro de fin de dosis, frezzing de la marcha, etc.”
Asimismo, los neurólogos disponen de muchos recursos para subsanar estos inconvenientes, al respecto el Dr. Morera declara: “tenemos múltiples estrategias para tratar las fluctuaciones motoras dependiendo de cuál sea la problemática de ese momento y de ese paciente. Se puede agregar fármacos, bajar dosis, ajustar el espacio entre toma y toma y realizar cirugía con lesión o estimulación cerebral profunda en alguno de los Target descriptos (globo pálido intento , tálamo o subtalamo)”.
Desarrollar formas amigables de administrar la medicación es muy importante en las enfermedades crónicas, ya que se toman de por vida. Desgraciadamente todavía hay algunos fármacos que no favorecen la adherencia al tratamiento médico (tomas múltiples, cambios frecuentes de medicación, tomar muchos medicamentos, entre otros), sin embargo se está trabajando en ello y ya es posible conseguir “los agonistas dopaminergicos como el Pramipexol viene en dos formulaciones, de liberación común y de liberación prolongada. Esta última no solo es más cómoda para el paciente, ya que es en una sola toma, sino que al ser de liberación prolongada es mejor porque mantiene un tono dopaminergico más estable” afirma el neurólogo. Por otro lado, apareció en “Estados Unidos y Europa una levodopa plegada en un mismo comprimido que es de liberación prolongada, supuestamente duraría más de 6 hs que aún no está disponible en nuestro país. También, están en desarrollo, nuevos agonistas dopaminergicos que van a traer beneficio en los síntomas y en la adherencia” sostiene el Dr. Nicolás Morera.
Todo este conjunto de herramientas ayudan a las personas con Parkinson a mantenerse estables y a solucionar las complicaciones que puedan tener con los medicamentos. Es por ello que la consulta clínica pasa a ocupar un lugar central, “son muy importantes los controles estrictos cada tres meses para ver la mejoría sintomática, efectos adversos de los medicamentos y adherencia al tratamiento. El paciente no debe dejar de mantener el contacto con el médico tratante. Teniendo una relación de intercambio y confianza” afirma el Dr. Morera.