En muchos casos la enfermedad de Parkinson puede afectar la expresión facial y ser un impedimento para la buena comunicación con los demás. No hay que olvidarse que las personas al hablar ponen en juego gestos y ademanes que refuerzan la comunicación verbal.
A esta reducida capacidad de transmitir emociones con los gestos se la llama hipominia, “es una disminución en la expresión facial que se observa en la mayoría de las personas con enfermedad de Parkinson (EP). Hasta la fecha de hoy no se conoce con exactitud el o los mecanismos implicados en su génesis. Clásicamente se considera que forma parte de la lentitud y menor amplitud de los movimientos (bradicinesia e hipocinesia, respectivamente) de la EP, focalizada en la musculatura facial. Sin embargo, también existe evidencia que la hipomimia se debe a una alteración en el reconocimiento de las emociones (visuales o auditivas) por parte de los pacientes con EP. Esto se denomina mímica facial” declara el Dr. Cristian Calandra neurólogo del Programa.
La hipomimia afecta los músculos de la cara y se manifiesta “por un aumento en la hendidura palpebral (ojos más abiertos), una disminución en la frecuencia de parpadeo, un borramiento en el pliegue nasolabial (la arruga localizada entre la nariz y comisura labial) y muchas veces la posición entreabierta de la boca (a veces asociada con babeo). Está disminución en la expresión facial se pone de manifiesto, o está presente, tanto durante emociones positivas (alegría, calma) como negativas (tristeza, enojo, miedo). Y se puede exacerbar si el paciente tiene concomitantemente depresión. Además, la hipomimia suele coexistir con una alteración en la deglución (tragar) y el habla, de manera variable”, afirma el doctor Calandra.
Con respecto al tratamiento, hay quienes sostienen que puede abordarse de forma multidisciplinaria a través de terapistas ocupacionales, kinesiólogos y foniatras; “pero en general es dopaminergico (por ejemplo, levodopa)” sostiene el Dr. Calandra que a su vez nos aclara, “también existen 2 publicaciones recientes (2016 y 2017) que utilizaron métodos no farmacológicos para tratar la hipomimia y que seguramente serán estudiados más exhaustivamente”.
En torno a la hipomimia se construyen representaciones sociales que la Lic. María Elena Giuntini de Juárez, encargada de prestar apoyo psicológico a pacientes y familiares de personas con Parkinson del Programa nos describe a continuación: “Es conocida popularmente de varias formas, cara de Póker, cara de Piedra, cara de nada o la máscara. En cualquier caso se está haciendo referencia a la inexpresividad facial espontánea que desarrollan algunas personas con Parkinson. Al inicio de la afección puede pasar casi desapercibida, pero a medida que evoluciona se hace más evidente”.
Consultada sobre cómo vive el paciente y su entorno social los síntomas la Lic. María Elena Giuntini nos explica: “El rostro es nuestra principal vía de comunicación extra verbal y un porcentaje significativo de la comunicación la hacemos por nuestra mímica. Al deteriorarse, la comunicación con quienes nos rodea se sufre. No es extraño, para las miles de personas con Parkinson en el mundo, percibir la incomodidad de unos amigos que no saben si está interesado o no en lo que ellos dicen.
La inexpresividad facial en los pacientes puede ser fuente de aislamiento social y frustración, es importante señalar que esta alteración puede estar enmascarando una depresión (muy común en las personas con Parkinson) es algo a tener en cuenta por el profesional y llevar a cabo un buen diagnóstico, que es la diferencia para un tratamiento eficiente y efectivo”.
Por último, la licenciada Giuntini nos brinda unos trucos para mejorar la relación con los demás a pesar de las barreras que pone la Hipomimia: “Cuando esté comunicándose con otras personas intente ser consciente de su rostro y poner la expresión que corresponda al tema y al ambiente de conversación. Puede ser un poco molesto, pero como siempre la práctica hace a la habilidad.
Otro truco sencillo es masticar chicle para que no se quede la cara rígida. Esto fue expresado en una entrevista del año 2006 por el Presidente de la Asociación Parkinson Madrid, el Sr. José Luis Molero”.