El Síndrome de Piernas Inquietas o Enfermedad de Willis-Ekbom (en honor a las dos personas que lo describieron), es un cuadro caracterizado por la “necesidad urgente de mover las piernas para aliviar una sensación desagradable”. Esta sensación puede ser descripta por el individuo como “dolor”, “hormigueo”, “entumecimiento” “pinchazos”, “quemazón”, “descarga eléctrica” entre otros.
Estas sensaciones displacenteras empeoran cuando estamos quietos, en períodos de reposo o inactividad, como estar sentados o acostados y es aliviado parcial o totalmente con los movimientos, como caminar.
Muchas personas describen que están sentadas trabajando y necesitan mover las piernas, sacudirlas, taconear, o incluso pararse de sus escritorios para aliviar la molestia. En un 20-50% de los casos puede comprometer también los brazos.
Suele empeorar hacia la tarde-noche y muchas veces genera dificultades para iniciar el sueño por la incomodidad de estar quietos en la cama. En algunos casos (no en todos) puede asociar a movimientos periódicos de las piernas durante el sueño (el propio paciente o el compañero de cama describe que patea, o amanece con la cama toda revuelta) e incluso otros trastornos del sueño, ocasionando además somnolencia diurna.
La prevalencia general de este desorden es del 5-10% de la población, predomina en mujeres y aumenta durante el embarazo.
Si bien hay varias hipótesis que intentan explicar su ocurrencia, se sabe que el déficit de hierro juega un rol crucial, al ser un factor necesario para la síntesis de dopamina, un neurotransmisor cerebral involucrado en las vías de control de los movimientos.
El diagnóstico es clínico, es decir a partir del interrogatorio y el examen físico, aunque en algunos casos, puede pedirse un estudio de sueño para descartar otros trastornos de sueño asociados, o la presencia de movimientos de piernas durante el sueño (como se explicó más arriba).
Los principales diagnósticos diferenciales son desórdenes vasculares (como la presencia de várices), algunas neuropatías y puede ser inducido por algunos medicamentos y el consumo de sustancias estimulantes como el café, alcohol y nicotina (presente en el cigarrillo).
Para mejorar los síntomas, además del tratamiento farmacológico, es útil evitar los factores agravantes, hacer ejercicios de estiramiento, baños de agua tibia, masajes, yoga.
Si se siente identificado con esta descripción, y cree que puede tener “Piernas Inquietas” debería consultar a un especialista, ya que este problema tan molesto tiene tratamiento.
Dra. María Florencia Angellotti
MN 130.114