LA HIPOTENSIÓN EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Las Personas con Parkinson pueden presentar en ocasiones mareos y percibir un oscurecimiento en la visión, la piel ponerse sudorosa, pálida y fría (todo esto se denominan síntomas presíncopales). Incluso llegar a tener un desmayo de unos pocos segundos de duración con recuperación inmediata de la conciencia (Síncope).
La Dra. Rosario Bianchi, Neuróloga del Programa de Parkinson, nos explica porque se producen estos síntomas y en qué circunstancias se pueden presentar.
“El mareo es una sensación desagradable, inespecífica, difícil de definir. Algunos lo relatan cómo sensación de “cabeza liviana”, “caminar entre algodones”, o simplemente inestabilidad, que puede llevar a caídas y desmayos. Esto se diferencia del vértigo, que se refiere a una sensación de giro o de movimiento, que suele asociarse a problemas a nivel de las partes del oído y del cerebro que se encargan de mantener el equilibrio (el sistema vestibular).
Las personas con enfermedad de Parkinson pueden experimentar mareos cuando se sientan o levantan bruscamente desde el reposo porque en estos pacientes falla su capacidad de regular la presión arterial ante cambios de posición, de tal forma que al levantarse cae su presión arterial más de lo normal. Cuando el cerebro no puede compensar la caída de presión arterial que se produce al ponerse de pie, llega menos flujo de sangre al cerebro y se percibe la sensación de mareo. Esto es lo que se conoce como hipotensión ortostática sintomática, y aproximadamente una de cada cinco personas con enfermedad de Parkinson la presentará en algún momento de su enfermedad. Sin embargo, hasta un 60% de los pacientes pueden tener hipotensión ortostática asintomática, es decir solo detectable por su médico al tomarle y comparar la presión arterial en las siguientes posiciones: acostado, sentado y parado”, afirma la Neuróloga.
¿Las causas son solo físicas o pueden deberse a la medicación?
Las causas de hipotensión ortostática en la enfermedad de Parkinson pueden ser de índole neurogénica (es decir originada en el sistema nervioso) o no neurogénica.
La causa neurogénica tiene que ver con la afección en sí, ante un cambio de posición, se produce una liberación inadecuada en el corazón de noradrenalina. Ésta es una sustancia que producen y liberan las neuronas que permite que ellas manden información y controlen la regulación de la presión arterial. Es decir, que se altera la capacidad del cuerpo de regular la presión arterial debido a un déficit en la liberación de los transmisores de información que usa el sistema nervioso.
Dentro de las causas no neurogénicas (no originadas en el sistema nervioso) de hipotensión ortostática se pueden incluir a: la deshidratación, la falla cardíaca, y ciertas medicaciones, como los antihipertensivos y el mismo tratamiento del Parkinson (levodopa, agonistas dopaminérgicos).
Existen además algunos desencadenantes, como el estar mucho tiempo de pie o caminando, las comidas, el calor y el alcohol, que pueden hacer que los pacientes se mareen al levantarse, incluso en aquellos que normalmente no percibían esta molestia. Es decir, que hay desencadenantes que hacen que una hipotensión ortostática asintomática pase a ser sintomática.
¿Se pueden usar fármacos para evitar los mareos y cuando es conveniente usarlo?
Antes de llegar a ser necesario el uso de fármacos para evitar los mareos, existen varias medidas no farmacológicas que pueden ser útiles.
Por un lado, el médico se encargará de ajustar la medicación de tal forma de minimizar aquellas que puedan potenciar los mareos, siempre poniendo en la balanza riesgos y beneficios de cada cambio a realizar. En este sentido, se intentará evitar el uso de diuréticos y antihipertensivos en la medida de lo posible, ciertos antidepresivos, los antihistamínicos, y algunos fármacos para controlar síntomas urinarios. Asimismo, el médico deberá evaluar si es conveniente realizar cambios en la medicación para el Parkinson (levodopa, agonistas dopaminérgicos), ya que algunos de estos también pueden contribuir a la baja presión y los mareos.
Por otro lado, se debe insistir en ciertas recomendaciones hacia los pacientes y/o sus familiares:
- Evitar cambios bruscos de posición: para pasar de estar acostado a parado, debe permanecer varios minutos sentado, luego levantarse lentamente, y permanecer varios minutos parado antes de empezar a caminar.
- Identificar un lugar seguro para sentarse y descansar por si llegara a presentar mareos en forma inesperada.
- Reconocer factores que desencadenan los mareos para poder en lo posible evitarlos o tomar los recaudos necesarios. Por ejemplo, pueden desencadenar mareos las siguientes situaciones: permanecer mucho tiempo parado o caminando, el ejercicio físico, las comidas, aumentos en la temperatura corporal (fiebre, ducha caliente, climas cálidos o secos).
- Mantener una buena hidratación, y aumentar el consumo de sal (siempre con el aval del médico, ya que en las personas con problemas cardíacos esta medida podría ser contraproducente).
- Usar medias especiales que comprimen las piernas.
- Elevar la cabeza unos 30° al acostarse para evitar el aumento de la presión al estar en esa posición.
Si a pesar de tomar todas estas medidas persisten los mareos, se puede recurrir a medicación. Las más usadas son la fludrocortisona, midodrina, piridostigmina. Por lo demás, se están investigando varios fármacos que, en un futuro, podrían ayudar a prevenir los mareos en las personas que tienen hipotensión ortostática, como la cafeína, la desmopresina, la indometacina, y la droxidopa, que prometen resultados alentadores.
Dra. Rosario Bianchi.
Programa de Parkinson
Hospital de Clínicas.
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