ALTERACIONES RESPIRATORIAS EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
No es frecuente que las personas con enfermedad de Parkinson consulten por trastornos respiratorios, sin embargo los mismos son más frecuentes de lo que se piensa. Ante la aparición de este tipo de síntomas se debe consultar para que puedan tomarse las medidas que correspondan.
La enfermedad de Parkinson (EP) puede acompañarse de trastornos respiratorios los cuales pueden obedecer a múltiples causas y mecanismos. Es importante decir que los pacientes con EP raramente se quejan de dificultad respiratoria. Esto refleja 2 cosas, por un lado, el hecho real de que no son manifestaciones prominentes de la enfermedad, y por otro lado, que algunos síntomas como por ejemplo la “hipofonía” (disminución en el volumen de la voz ), no siempre es entendida por los pacientes ni por los médicos como un síntoma que refleja la afectación de las vías aéreas, cuando en realidad lo es.
Los principales mecanismos a través de los cuales la EP puede ocasionar problemas respiratorios son: 1) obstrucción de la vía aérea superior; 2) problemas restrictivos; 3) complicaciones del tratamiento; 4) complicaciones por la suspensión del tratamiento; y 5) neumonía por aspiración.
1-La obstrucción de la vía aérea superior puede ser la consecuencia de la hipoknesia o rigidez y fatigabilidad de los músculos que intervienen en la vocalización, y su principal manifestación el la hipofonía. La hipofonía se halla presente en le 70 % de los pacientes con EP, y en el 30 % es fuente de importante discapacidad.
La terapia dopaminérgica puede mejorar en parte este síntoma, y también son muy útiles diversas técnicas fonoaudiológias que apuntan a mejorar la articulación de la palabra.
2-Los problemas restrictivos pueden estar presentes en el 28 a 85 % de los casos. La causa de estos problemas no está completamente aclarada pero se piensa que estaría relacionada en parte con debilidad, rigidez y bradikinesia de los músculos torácicos lo cual no permitiría la expansión normal del torax durante la inspiración. Otras causas que pueden asociarse con problemas restrictivos son los trastornos severos de la postura del tronco como por ejemplo cifoescoliosis importante, la flexión del tronco hacia delante (“camptocormia”), o desviaciones laterales del tronco (“bent spine”).
Con los fármacos antiparkinsonianos a veces puede lograrse cierta mejoría pero no siempre.
3-El tratamiento con levodopa a veces puede inducir movimientos involuntarios conocidos como diskinesias por levodopa. Del mismo modo que estas diskinesias pueden afectar los miembros, la cara y o el tronco, a veces, tambien pueden comprometer los musculos respiratorios y dar lugar a una “diskinesia respiratoria”. Además, los movimientos diskinéticos en otras partes del cuerpo cuando son severos pueden afectar la respiración provocando disnea (sensación de falta de aire), taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria). Es importante que quede claro que las alteraciones mencionadas ocurriran el los períodos “on” , ya que son consecuencia de la levodopa en quien tiene EP. Otras alteraciones pueden verse en los períodos “off”, cuando el efecto de la levodopa ha desaparecido, y el paciente se haya con poca movilidad; en esta situación puede existir respiración corta, superficial y rápida, similar a la observada en los ataques de pánico.
El tratamiento con agonistas dopaminérgicos derivados del ergot (bromocriptina y pergolide) puede asociarse con fibrosis pleuropulmonar. Esta complicación puede presentarse entre 3 a 11 años después del inicio del tratamiento con estas drogas. Los pacientes presentarán taquipnea (respiración rápida y superficia), con o sin tos.
El diagnóstico se hace con una radiografía de tórax y el cuadro suele mejorar luego de discontinuar el tratamiento.
4-La suspensión brusca del tratamiento dopaminérgico es seguida de una exacerbación de los síntomas parkinsonianos, incluyendo compromiso respiratorio generalmente de las vías aéreas superiores, o bien , un cuadro mas grave llamado “síndrome neuroléptico maligno”. Una situación bastante frecuente es que el paciente deba interrumpir el tratamiento porque será sometido a algún procedimiento médico (ej.: cirugía), o bien que presente alteraciones en el estado de conciencia por los que no pueda recibir medicación oral.
En estas situaciones la restitución de la terapia dopaminérgica debe realizarse lo antes posible, las inyecciones subcutáneas con apomorfina son de gran utilidad en estos casos.
5-La neumonía por aspiración es la causa mas frecuente de muerte en los pacientes con EP, ocurriendo en el 70 % de los casos. Generalmente es la consecuencia de trastornos en la deglución lo cual predispone a la aspiración, ya sea con alimentos o con saliva. El cuadro típico se presentará con tos productiva, fiebre y compromiso importante del estado general.
Una radiografía de tórax permitirá realizar el diagnóstico y el tratamiento con antibióticos deberá iniciarse lo antes posible.
Las medidas destinadas a la prevención y /o detección precoz de estás complicaciones comprenden:
1) El apoyo terapéutico desde la fonoaudiología a fin de mejorar la emisión y el volumen de la voz, y también para la incorporación de hábitos que disminuyan el riesgo de aspiración. La realización de ejercicios que mejoren la mecánica inspiratoria-espiratoria en forma rutinaria es aconsejable.
2) Pensar que si existen alteraciones respiratorias las mismas pueden estar relacionadas con la EP y comentarlas a su médico.
3) Controles periódicos con radiografía de tórax para quienes reciban agonistas
dopaminérgicos con bromocriptina o cabergolina.
4) Nunca suspender abruptamente el tratamiento antiparkinsoniano. De ser necesario por otras patologías o posibles tratamientos quirúrgicos, comentarlo a su médico para que se tomen las medidas necesarias a fin de mantener la terapia dopaminérgica hasta que el paciente es encuentre en condiciones de reanudar el tratamiento por vía oral.
Dra. María Graciela Cersósimo
Médica del Programa de Parkinson.
Hospital de Clínicas “José de San Martín”, UBA
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