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DISKINESIAS
El desarrollo de nuevos fármacos y cirugías tiende a encontrar formas más efectivas de controlar las diskinesias que en algunos casos puede producir la Levodopa.
En el largo plazo, algunas personas con Parkinson desarrollan movimientos involuntarios llamados diskinesias que afectan la calidad de vida. “Las diskinesias no deben confundirse con el temblor de la enfermedad de Parkinson (EP). Son movimientos que se producen luego de varios años del uso de medicación antiparkinsoniana, fundamentalmente levodopa” afirma el Dr. Alejandro Pellene neurólogo del Programa de Parkinson del Hospital.
Todavía no se conoce por qué se producen las diskinesias, pero si se han identificado los factores de riesgo que dan cuenta de su origen a saber: gravedad de la enfermedad, duración de la levodopaterapia, dosis alcanzada de levodopa, entre otros.
“Desde un punto de vista fenomenológico las diskinesias, pueden ser de movimientos lentos y serpenteantes que recuerdan una danza (lo que nosotros los neurólogos llamamos corea), y posturales por la contracción de músculos cuyas acciones son antagónicas en situación normal (distonias). Otros movimientos menos frecuentes son los balismos, sacudidas (mioclonias), entre otros”, nos comenta el Dr. Pellene, “según los niveles de medicación antiparkinsoniana en sangre, se pueden dividir: en diskinesias de pico de dosis, que como su nombre lo indica son coincidentes con los picos de levodopa en sangre. Las menos frecuentes son las diskinesias bifásicas que aparecen cuando los niveles del fármaco en sangre o están subiendo o están bajando. Las primeras, en general, pertenecen a las diskinesias coreicas ya mencionadas, mientras que las últimas suelen ser de naturaleza distónica. Las diskinesias de pico de dosis suelen afectar la cara, cuello y el tronco; mientras que las diskinesias bifásicas están confinadas a los miembros inferiores”.
Existen distintas estrategias que desarrollan los neurólogos para controlar las diskinesias, todas apoyadas en trabajos de investigación clínica, una de ellas consiste en repartir las dosis de levodopa y eventualmente la adición de agonistas dopaminérgicos. Otras de la más efectiva en la diskinesias de pico de dosis es la Amantadina (virosol), sin dejar de lado drogas alternativas como la clozapina, levetiracetam, topiramato, entre otras” sostiene el neurólogo.
El Dr. Alejandro Pellene nos comenta sobre el avance de los ensayos clínicos que permitirían controlar mejor estas complicaciones,... “las perspectivas son muy promisorias y resultados parciales esperanzadores están en curso- (por ej: antagonistas del receptor de la adenosina A2 o las investigaciones que propugnan una liberación más fisiológica de la dopamina). Cuando el control de las diskinesias se vuelve dificultoso y compromete la calidad de vida del enfermo se puede recurrir a la cirugía funcional con blancos sobre el globo palidus o el núcleo subtalámico con excelentes resultados. Con el advenimiento de los nuevas estrategias farmacológicas y quirúrgicas esta complicación se ha tornado manejable en la mayoría de los casos, y permite vaticinar que será menos frecuente”.
El desafío de vencer la vergüenza
Algunas personas pueden tener vergüenza por las complicaciones que generan las diskinesias, “es un signo que se ve, que llama la atención de los otros, porque todo lo que es diferente despierta curiosidad y atrae como una rareza, aunque por buena educación tratemos de no mirar. El que es mirado siente esa mirada y le resulta molesta, en tanto que es reveladora de un movimiento anormal y que él no puede dominar a voluntad. Por todo ello, es natural la aparición de la vergüenza y el consecuente deseo de evitar la exposición social y tender al retraimiento” declara Lic. María Elena de Juárez Psicóloga del Programa de Parkinson.
¿Qué siente la persona con EP cuando está rígido o con coreas?
Cuando uno conversa con las personas que tienen Parkinson se sorprende que la mayoría prefiera las diskinesias a la rigidez, cuando están con los movimientos involuntarios se las ingenian para trasladarse y para "ser dueños" de su cuerpo a pesar de los sacudones. En el caso del congelamiento o freezing, la sensación de indefensión es muy angustiante. Estar "pegado" al piso quita toda libertad de movimiento y la vivencia de impotencia es muy difícil de tolerar.
Por el contrario, el observador, familiar o acompañante, cree que es menos angustiante la rigidez porque no es llamativa y pasa más desapercibida a los ojos de los otros. Al mismo tiempo, suele tender a interpretar las diskinesias como signo de ansiedad y nerviosismo porque es la reacción más común entre las personas que no tienen Parkinson. Cuando la gente está nerviosa suele moverse mucho y no puede quedarse quieta.
¿En qué pueden ayudar los familiares a la persona con EP cuando está con disquinesias?
Pueden ayudar comprendiendo lo antedicho. La mejor colaboración de los familiares es no interpretar lo que siente la persona cuando está con rigidez o diskinesia, sino estar atenta a lo que la persona le pida que haga, manteniéndose calmo, sabiendo que son momentos que pasaraán, que son los vaivenes propios de esta condición neurológica.
Por último, la Lic.María Elena de Juárez nos dice que las diskinesias pueden ser visualizadas como “un desafío a vencer, a poder más en el trato con el Sr. Parkinson, una invitación a ganarle un espacio más, a no regalarle el buen momento de una salida, de un encuentro con amigos o de un festejo familiar”.
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